2 de julio de 2013

Caso Angeles: libertad de prensa y vulneración de derechos de la infancia

¿Hasta cuando seguirán asesinando a Angeles? ¡Por favor basta!
Este es un grito de impotencia, indignación y bronca frente al descaro de cierta prensa que no repara en acciones inescrupulosas con tal de agotar la edición de un periódico o por algún punto más de raiting.

Quienes todos los días trabajamos por la restitución de derechos vulnerados de niñas, niños y adolescentes de nuestro país, sentimos que existen actores de la sociedad argentina que carecen de todo decoro y respeto por la dignidad y los derechos de los más desprotegidos de nuestra sociedad, nuestras infancias.

No se puede hacer cualquier cosa a la hora de informar sobre y de las niñas, niños y adolescentes. Argentina tiene normas de avanzada de protección de derechos de infancia, y nadie puede, a esta altura, desconocer sus alcances y límites que impone la ley cuando se trata de nuestras pibas y pibes.
Ya se ha hablado suficiente sobre esto, con el caso Candela, al inicio del caso Ángeles, con el caso del pedófilo Grassi. Nadie puede hacerse el distraído de lo que implica el publicar las fotos que la población argentina debió ver desde la tapa y la edición del día de la fecha en el periódico MUY del Grupo Clarín.

Huelga recordar que como cualquier otro derecho humano, la libertad de prensa no es de carácter absoluto. En lo que se refiere a la publicación de información o imágenes de niñas, niños y adolescentes, ya se señala en el libro sobre la Ley 26061 de Gil Dominguez, Fama y Herrera que en tanto nuestra legislación los considera sujetos de derecho, y por lo tanto ciudadanos como cualquiera de nosotros; “…es el propio individuo quien puede decidir romper el silencio que tiene derecho a mantener. Por lo que la publicación por otro sujeto, sin su consentimiento, de aspectos que solo a él o ella le conciernen, vulnera el derecho de aquel o aquella al silencio, es decir, a no expresarse.”

Desde dicha Ley nacional, por su Artículos 10 del derecho de la vida privada e intimidad familiar, como el Artículo 22 del derecho a la dignidad; como así también desde la Ley 114 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con su Art. 15 del derecho a la integridad; hay elementos jurídicos que debieran ser respetados por todos.

Ya no basta con apelar a cumplimiento de Códigos de Ética periodísticas, como el que reafirma en comunicado de repudio emitido por FOPEA y al que adhiero. Es hora que la justicia haga respetar el derecho de todas nuestras niñas, niños y adolescentes, y sin temerle a las empresas que tiene como una más de su objeto social la de informar al pueblo argentino.

La libertad de prensa no puede cargarse a nuestras infancias, menos por un puñado de pesos y pretender seguir campantes por la vida.

No alcanza con amar a los niños, es primordial que se les respeten sus derechos.

Jose Machain
Consejero por la Legislatura (Bloque FpV)-Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes
Secretaría Infancia y Adolescencia
Movimiento Evita Capital

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