30 de octubre de 2012

Cine-Debate "Murga y Dictadura"


El día jueves 25, los compañeros del Movimiento Evita, La Vertiente Peronista, Festejo Popular en la Calle, la Escuela Mundo Nuevo, Sobre Rieles y La Tendencia Nacional y Popular, organizaron un cine debate sobre Murga y Dictadura con la presencia de murgueros, vecinos y militantes de diferentes espacios.

Con la proyección del documental “Mocosos y Chiflados” como disparador del debate, los panelistas invitados Luis “Lauchín” Vázquez, José Luis Tur y la Negra Marta Yané, referente del Movimiento Evita, dieron su opinión sobre el papel de las murgas durante la dictadura y en la vuelta a la democracia.

Los murgueros contaron que, en un principio, las murgas apelaban al canto simple y políticamente “ingenuo” a pesar de sus letras atrevidas. Con la llegada del “aluvión zoológico”, los “cabecitas negras” y descamisados, es decir, con el peronismo, las murgas tomaron otro tinte; las esquinas, los clubes de barrio y las plazas se volvieron lugares de reunión y las murgas fueron así más incipientes, se tornaron más populares entre las clases bajas. De esta manera, la temática política fue imposible de obviar en las letras y los cantos murgueros.

La murga comenzó así a funcionar como referencia barrial, como lugar de inclusión social para las diferentes generaciones que buscan una forma artística para expresar las diferentes realidades que se viven a diario mediante cantos de crítica y sátiras. Como espacio autogestionado, con organización colectiva y la fuerte idea de solidaridad y compañerismo, sumado a la conciencia de clase, las murgas se convirtieron en un espacio fuerte de militancia social.
Es por esto que la dictadura genocida eliminó los feriados de carnaval en 1976 por decreto. Los murgueros, como tantos otros compañeros también fueron perseguidos, torturados y asesinados. Hace tiempo se pudo dar con los datos de Julio César Albruzzese, integrante de la murga “Los Chiflados del Abasto”, pero también integran la lista de los 30.000 compañeros detenidos-desaparecidos seis integrantes de la murga “Los Descamisados de Liniers” de quienes aún no se tiene mucha información.

Sin embargo, los murgueros siguieron adelante, sobreviviendo como podían, tratando de sacar adelante el carnaval, en palabras de José Luis Tur: “las murgas siempre estuvieron, incluso cuando era difícil salir a la calle”. Interpretando en clubes de barrio, las murgas salieron igual, dejando entrever el espíritu rebelde y alegre que las caracteriza.

Con la vuelta de la democracia, las consecuencias de la dictadura feroz se hicieron notar. La murga, con su fuerte referencia barrial, resurge; pero la violencia vivida en años anteriores e internalizada en ellas, las lleva a generar peleas con otras murgas, por el simple hecho de esa pertenencia al barrio, quitándole de esta manera la cuestión familiar.

Ya en los 90, la perspectiva fue otra y las murgas retomaron la calle. Al objetivo de la reinstauración de los feriados de carnaval, le sumaron la lucha contra el neoliberalismo implantado por el gobierno de Menem quien los tenía como víctimas directas de las políticas ejercidas en contra de las clases bajas. La pobreza, la marginalidad, la desocupación y la violencia no fueron temáticas que escaparan a las líricas murgueras, que en el arte encontraban la vía de lucha y expresión que no tenían en otros espacios.

Para el 2003, con la asunción de Néstor Kirchner, la murga volvió a tener un espacio central dentro de la expresión popular argentina y –sobre todo- porteña. Las canciones ya no retrataron la tristeza y la discriminación; por el contrario, la reactivación económica y laboral del país fue motivo de alegría y nuevas temáticas a la hora de escribir. Finalmente, el 2010 bajo el gobierno de nuestra presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, se reinstauraron los feriados de carnaval, logrando el objetivo que muchos murgueros se propusieron durante tanto tiempo.

Tanto Luis “Lauchín” Vázquez como José Luis Tur y la Negra Marta señalaron que fue una gran sorpresa la vuelta de estos feriados. Ellos creían, a pesar de su lucha, que estos dos días de febrero de puro festejo no volverían nunca y la decisión tomada los alegró.

Al preguntar, entonces, cuál sería el próximo objetivo a conquistar por las murgas, la Negra Marta señaló que, al ser un espacio donde confluyen chicos y chicas de todas las clases sociales, sería interesante poder lograr darle un marco más institucional a toda la industria que se mueve alrededor de los carnavales. Desde la confección de trajes y apliques, la creación de instrumentos, hasta el traslado hacia los diferentes corsos, etc. las murgas son generadoras de puestos de trabajo y de movimiento económico. Hoy las murgas aglutinan unas 10.000 personas sólo en la ciudad de Buenos Aires, por lo que significan un enorme flujo de trabajo, contención e inclusión durante todo el año, no sólo en época de carnaval.

Luego de las conclusiones, la jornada finalizó con José Luis Tur y Lauchín cantando y bailando al ritmo del bombo en manos de Martín Di Napoli de la murga “Los Inevitables de Flores”.


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