1 de junio de 2014

Susana Sanz disertó ante un centenar de trabajadoras de FOETRA

La compañera Susana Sanz, responsable del Frente de Mujeres Evita de la CABA, invitada por la Secretaria de Género de FOETRA Mónica Ingradivi, disertó este 30 de mayo, ante un centenar de mujeres trabajadoras pertenecientes al sector telefónico, en el Sindicato de FOETRA, en el marco del Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer.

Mónica Ingradivi presentó a Susana como “política y gran militante feminista, abogada laboralista y una compañera de toda la vida”.

Sanz expresó que “estar en esta reunión de mujeres trabajadoras remueve mis raíces profundas porque yo ejercí mi profesión dedicada al derecho laboral. Y en el trabajo aprendí a valorar el enorme peso que tiene la presencia de las mujeres ya sea en el sindicato, en la fábrica y también en el hogar por la lucha llevada adelante por los compañeros. Es fundamental la función de las mujeres porque una vez que se comprometen con una causa no retroceden”.

Resaltó también la importancia de la participación de las mujeres en el ámbito sindical: “querer ser mujer, pero también querer a las mujeres, es una cuestión fundamental para trabajar con las mujeres. Entender sus conflictos, sus debilidades, las limitaciones a que la sociedad nos ha sometido y tener siempre presente que en la lucha, en sostener y en apoyar siempre lo vamos a encontrar de manera incomparable en otra mujer” resaltó.

Respecto de la cuestión de la salud de las mujeres trabajadoras recalcó que es importante tener en cuenta “el nuevo concepto de salud integral que promueve el bienestar físico, psíquico y social. La protección de la salud tiene y debe articularse de manera diferenciada para hombres y mujeres ya que nos encontramos en situaciones diferentes los varones y las mujeres. Debe necesariamente tomar en cuanta cómo se dan las relaciones sociales entre los sexos, la división del trabajo y la articulación de la vida productiva y la vida reproductiva que desarrollan las mujeres que prácticamente está totalmente a cargo de las mismas”.

También se refirió a la importancia de la legislación nacional e internacional respecto de los derechos de las mujeres: “hay que mirar la legislación y la reglamentación desde un análisis crítico, ver los convenios colectivos, las prácticas sindicales y, hacia adentro de las instituciones, cómo son las relaciones de las mujeres trabajadoras cuando desarrollan su actividad”. 

“Esto permite que se tomen en consideración otras cuestiones que en general para los varones no se las explicita de esta manera. Tan es así que ha sido considerado de manera expresa por las normativas internacionales como la Convención sobre la Eliminación de Todas Formas de Discriminación contra la Mujer, la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer de Belem do Pará, la Plataforma Mundial de la Cuarta Conferencia de Beijin en 1995", - afirmó susana Sanz para luego agregar - "todas estas disposiciones buscan defender, proteger y fomentar la igualdad de derechos y de oportunidades de las mujeres de acceso a los recursos así como la distribución equitativa de las responsabilidades respecto a la familia. También en la OIT el Convenio 156 habla de las responsabilidades familiares y la necesidad de considerar que el grupo familiar es tanto responsabilidad del varón como de la mujer y esto es uno de los nudos difíciles de resolver, no solo en este país sino en América Latina y en todo le mundo”. 

La dirigente enfatizó que “sobre estos temas tenemos que discutir, para ir modificando esta situación que es cultural y que es una de las causas de la discriminación hacia la mujer en los espacios públicos. Recién estos temas de considerar la protección de las mujeres trabajadoras aparecen a nivel internacional en los 80 /90 . Pero en el 93 se da un salto importantísimo con la Segunda Conferencia Mundial de Derechos Humanos, donde se declara expresamente que todos los derechos de las mujeres son derechos humanos y que deben ser protegidos”. “Debemos saber que la discriminación hacia la mujer es cultural y está sostenido sobre un sistema de creencias, por una visión ideológica que ha ido construyendo socialmente qué es ser una mujer, qué es ser un varón, qué cosas debe tener la mujer a su cargo, que cosas el varón. Y debemos hacer consciente que muchas veces nosotras internalizamos una visión que nos perjudica. Paulo Freire decía que uno internaliza los valores del enemigo”. Modificar esta situación es una práctica cotidiana y permanente.

Susana Sanz señaló que “en nuestro país contamos con disposiciones constitucionales, convenciones internacionales y la legislación nacional. Se refirió particularmente a la Ley de Contrato de Trabajo que enmarcan el trabajo de las mujeres en los principios de igualdad y no discriminación: la Ley 25.674 de Cupo Sindical Femenino “nos da toda una batería de herramientas para lograrlo. Esta ley es una norma de acción afirmativa al igual que la Ley de Cupo Político y abre y entreabre puertas para la igualdad de oportunidades entre varones y mujeres en el ámbito laboral. La reconoce como actora social capaz de intervenir, representar y negociar políticamente los intereses de todos los trabajadores en general, y el ejercicio pleno de los derechos de las mujeres trabajadoras en particular. Tiene como objetivos la real inserción de la mujer en la vida sindical y también mejorar las condiciones laborales de las mujeres trabajadoras desde una mayor presencia representativa en las comisiones de discusión de las paritarias de cada gremio”, dijo.

Consideró que es “imprescindible tener muy presente que las obligaciones familiares repercuten en el trabajo y la formación de las mujeres. Aparecen conflictos por lo que podríamos llamar el uso del tiempo. Lo anterior requiere compatibilizar la vida laboral y la vida familiar. La histórica división sexual del trabajo, con las tareas de reproducción casi exclusivamente realizada por las mujeres, desemboca en la doble jornada laboral que realizan las mujeres trabajadoras”.

En apoyo de sus dichos señaló que “estudios realizados sobre el uso del tiempo de hombres y mujeres, en promedio arrojan una jornada laboral para las mujeres trabajadoras de más de 3 horas y media a cuatro horas más, con respecto a un trabajador varón” Y agregó que “El uso y distribución del tiempo por parte de las mujeres, limitan su capacitación, formación profesional, su participación en la vida sindical, pero también influye en la salud de las mujeres”.

La dirigente hizo especial hincapié en la importancia de la Ley de Protección Integral de la Mujer 26.485 que en su art. 6 considera Violencia Laboral cuando se discrimina a las mujeres en los ámbitos de trabajo público y privado. Enfatizó que “las compañeras trabajadoras debemos promover la articulación de estrategias con el Estado, el mercado, las familias y las organizaciones sociales y comunitarias, a fin de fomentar las oportunidades de formación permanencia en el mercado de trabajo y en las actividades sindicales y sociales. Es importante también promover las responsabilidades familiares compartidas (ampliación de licencias parentales), fomentar las denuncias de violencia de género y hacer visibles las discriminaciones de género en el mundo del trabajo y del gremio, para contribuir a eliminar toda forma de desigualdad laboral y gremial. Avanzar desde las organizaciones sindicales en articular acciones, propuestas e iniciativas con otras organizaciones de mujeres, centros de investigación y de estudio etc”.

“Nosotros en esta década hemos ganado muchos derechos. Pero eso no quiere decir que no se pueda modificar y perder. Y que para seguir manteniéndolo y avanzar en lo que falta tenemos que tratar de sostener este modelo nacional y popular y profundizarlo. Porque cada vez que se ha retrocedido la pérdida de derechos es de muchos años. Esto hay que tenerlo claro como trabajadoras y como mujeres” concluyó la dirigente feminista.

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