El jueves 6 de septiembre dimos inicio al seminario organizado por el Movimiento Universitario Evita (MUE), en la sede de Filosofía y Letras. Participaron como oradores el ex canciller y docente de Ciencias Sociales, Jorge Taiana, el filósofo, teólogo y docente Ruben Dri y el director del Enars, Carlos Vilas. Este encuentro versaba alrededor del Estado, su rol y las concepciones que hay en torno a esta compleja estructura política y su relación cambiante con los movimientos sociales.
La introducción al seminario y la presentación de los invitados estuvo a cargo de Emiliano Campos (referente del MUE en la Facultad de Filosofía y Letras), quien realizó brevemente una caracterización de la década del ´90 colocándola en un proceso histórico de derrota del campo popular, pero criticando las visiones del “fin del sujeto histórico” y dominación concentrada de la clases poderosas. Es decir, que hubo resistencia frente a ese proceso y eso se tradujo en una profundización del surgimiento de los movimientos sociales.
La introducción al seminario y la presentación de los invitados estuvo a cargo de Emiliano Campos (referente del MUE en la Facultad de Filosofía y Letras), quien realizó brevemente una caracterización de la década del ´90 colocándola en un proceso histórico de derrota del campo popular, pero criticando las visiones del “fin del sujeto histórico” y dominación concentrada de la clases poderosas. Es decir, que hubo resistencia frente a ese proceso y eso se tradujo en una profundización del surgimiento de los movimientos sociales.
Rubén Dri comenzó desarrollando históricamente el surgimiento de los movimientos sociales relacionados con un espacio de poder acotado, diferenciándose de “lo político” como construcción total. Justamente, estos movimientos surgen luego de la gran derrota del campo popular, son segmentados en sus objetivos, particularistas. Desde ese lado, refugiándose en el campo social es que comienza una reconstrucción del sujeto político. Es decir desde el marco de la resistencia frente al modelo político imperante, llegando al 2001 con una gran riqueza de debate y movimientos pero con la imposibilidad intrísenca de ir más alla, justamente debido a su completo rechazo a “la política” entendida como algo completamente ajeno y corrupto.
Es dentro de esta lógica a partir de la cual se ha caracterizado al proceso comenzado con Nestor Kirchner, es decir, como “cooptación” por parte del Estado de los sujetos sociales. Mirándolo desde otra perspectiva, se puede observar el comienzo de una necesaria articulación entre lo social y lo político. Se encuentra en discusión, a su vez, la autonomía de los movimientos sociales respecto del Estado en relación a que la dinámica del poder se comprende o desde la plena horizontalidad o a partir de la organización. Claramente el Estado debe pensarse en relación a los movimientos sociales, en contradicción, pero buscando la superación y la incorporación de aquellas demandas. Si bien los ámbitos de poder son diferentes no por ello deben ser completamente antagónicos. Es para destacar que si bien las “asambleas o movimientos vinieron para quedarse”, no puede pensarse hoy en día en un Estado sin una base de relación con los movimientos sociales ya que son aquellos los que se encuentran en contacto directo con las necesidades del pueblo.
Es dentro de esta lógica a partir de la cual se ha caracterizado al proceso comenzado con Nestor Kirchner, es decir, como “cooptación” por parte del Estado de los sujetos sociales. Mirándolo desde otra perspectiva, se puede observar el comienzo de una necesaria articulación entre lo social y lo político. Se encuentra en discusión, a su vez, la autonomía de los movimientos sociales respecto del Estado en relación a que la dinámica del poder se comprende o desde la plena horizontalidad o a partir de la organización. Claramente el Estado debe pensarse en relación a los movimientos sociales, en contradicción, pero buscando la superación y la incorporación de aquellas demandas. Si bien los ámbitos de poder son diferentes no por ello deben ser completamente antagónicos. Es para destacar que si bien las “asambleas o movimientos vinieron para quedarse”, no puede pensarse hoy en día en un Estado sin una base de relación con los movimientos sociales ya que son aquellos los que se encuentran en contacto directo con las necesidades del pueblo.
Desde el 2003 la política recomienza a ser entendida como herramienta de transformación. Ella es la única herramienta que poseen las clases populares para lograr sus objetivos, es decir, recuperar el Estado para ellas es clave, la institucionalización de un nuevo Estado, superando las concepciones neoliberales de la metáfora del derrame. Este elemento es esencial en la construcción del poder popular. De ahí, la importancia de la capacidad de gestión, superando viejos conceptos, entendida como capacidad de los cuadros de implementar medidad que solucionen estructuralmente las necesidades del pueblo. La síntesis del proceso político totalizador del Estado debe estar en continua relación con los movientos sociales que le aportan dinamismo y lo acercan a problemas de una manera más estrecha y sensible para con ellos. La sínstesis de lo universal y lo particular.
Continuando en una línea similar, el director del Enars, introdujo el concepto de “Estado” a partir de tres dimensiones por definición. En primer lugar entender el Estado como una estructura de poder, de dominación, una herramienta para lograr objetivos. Debe generar lealtades, hechos concretos que posibiliten la adhesión de la población. Luego, se lo entiende como un sistema que hace y deshace de alguna manera. En este punto entran los asuntos técnicos que nunca se hayan alejadas de efectos y objetivos políticos y sociales, dependientes de la estructura de dominación. A su vez, el Estado construye permanentemente identidades.
De esta manera, también menciona que el Estado es esencial como herramienta para cualquier proyecto político ya que permite la institucionalización de los cambios sociales. Un ejemplo claro es la Constitución Nacional.
Por último, Jorge Taiana enfatizó el rol del Estado a partir del 2003, buscando articularse con los movimientos sociales, algunos de los cuales comienzan a considerarse movimientos políticos. La recuperación de la creencia en la política es uno de los mayores logros del kirchnerismo, a la vez de que logra contener en su seno a diversos actores que van orientando el rumbo profundizando la ampliación del Estado de Derecho. La universalidad debe ser contenida por particularidades que le den forma y la lleven por un rumbo coherente pero siempre conflictivo. Continuando en una línea similar, el director del Enars, introdujo el concepto de “Estado” a partir de tres dimensiones por definición. En primer lugar entender el Estado como una estructura de poder, de dominación, una herramienta para lograr objetivos. Debe generar lealtades, hechos concretos que posibiliten la adhesión de la población. Luego, se lo entiende como un sistema que hace y deshace de alguna manera. En este punto entran los asuntos técnicos que nunca se hayan alejadas de efectos y objetivos políticos y sociales, dependientes de la estructura de dominación. A su vez, el Estado construye permanentemente identidades.
De esta manera, también menciona que el Estado es esencial como herramienta para cualquier proyecto político ya que permite la institucionalización de los cambios sociales. Un ejemplo claro es la Constitución Nacional.
Desde el Movimiento Evita, pensamos este seminario como una manera de comenzar a introducir debates que por el momento se encuentran alejados del centro neurálgico de la comunidad académica. Es necesario que el cambio político más importante desde la llegada de la democracia comience no solo a ser planteado, sino que viejas concepciones liberales que abundan en la UBA, deben empezar a ser cuestionadas. Una de ellas es justamente el “Estado” y los movimientos sociales. Siendo parte de uno de los tantos que existen y que apoyan este modelo, comprendemos que el salto cualitativo solo se logra gestando cuadros que ocupen roles en el Estado, cuadros y conducciones desde cada territorio. De esta manera es como se amplia el Estado, de cómo el Estado puede ser apropiado por el pueblo en búsqueda de una Patria más justa, libre y soberana. Como bien dijeron los oradores, la política es la única herramienta de la clase dominada, es por eso que un movimiento social, desde su particularidad, debe y tiene que actuar en conjunto con el Estado llevando no solo demandas, sino actuando y transformando desde adentro.
En este sentido este primer encuentro dio el marco general para el resto. Desde dónde nos paramos cuando hablamos de educación, economía o vivienda popular sabiendo que todos estos aspectos están intrísecamente relacionados con la formación de cuadros, en nuestro caso particularmente en la Universidad, en estrecha relación con las necesidades del pueblo y a su servicio. ¿Cómo hacerlo? Te invitamos a los próximos encuentros para continuar debatiendo en función de continuar disputando el nuevo Estado en construcción.
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