8 de febrero de 2014

Un escalón más hacia el futuro, por Sebastián Demiryi

El plan Progresar no significa un "parche" para los jóvenes, como opinó en La Nación un militante del PRO, sino que se trata de una herramienta para que puedan desarrollarse en términos educativos y laborales.

En el día de ayer, el joven dirigente del PRO Pedro Robledo publicó una nota de opinión en el diario La Nación titulada: "¿Otro parche para el futuro de los jóvenes?". En ella analizó la situación de los denominados NI-NI (jóvenes que ni estudian ni trabajan), las perspectivas del Plan Progresar y una valoración positiva sobre el rol del Gobierno Nacional durante los diez años de gestión.

Resulta saludable leer a una de las pocas voces del macrismo en la cual se rescatan aspectos positivos de las medidas de gestión del Gobierno Nacional. Para el joven del PRO, el Plan Progresar resulta "una medida positiva" a la vez que "apunta a ser un programa prometedor".

Sin embargo, la descripción que brinda sobre las políticas públicas del Gobierno Nacional resultan en extremo acotadas. Si de educación hablamos, este es el Gobierno que más presupuesto habilitó para esta área desde la vuelta de la democracia. Fue este gobierno el que estableció la asignación universal por hijo, las becas bicentenario, la repatriación de científicos en el exterior, la creación de universidades nacionales y, justamente ahora, el Progresar.

Esta batería integral de políticas públicas con eje en la educación posibilitó la inyección de recursos en subsidios al estudio, financiamiento de infraestructura, y creación de proyectos de investigación, que se complementaron con políticas que tienen en cuenta la salud, la planificación y la formación de jóvenes argentinos para que estudien, trabajen e investiguen en torno a un proyecto de país inclusivo. Coincidimos en que aún es mucho lo que falta y los desafios que tenemos por delante.

En todo caso vale la pena recordar el lugar que se le da a la educacion en la ciudad que gobierna la fuerza política con la cual Pedro Robledo se identifica. Para ser claros, la educación para el PRO se puede resumir en disminución presupuestaria constante, subejecución de las partidas asignadas y falta de inversión en infraestructura. Estas cuestiones estructurales al Gobierno de la Ciudad empeoran con la actual coyuntura: según el propio Ministerio de Educación porteño, el balance después de aplicarse el sistema de inscripción online es de unos 12.000 alumnos en lista de espera (de los cuales 7000 tienen entre 0 y 3 años, para los que ya no hay vacante) Los 5000 restantes prometieron que serán asignados en distintas escuelas.

Entonces ¿a qué llamamos "política parche"? Si en nuestra Argentina aún hay jóvenes que no estudian y que no trabajan o lo hacen en codiciones precarias, ¿podemos decir que es una "política parche" el impulso desde el Estado a retomar sus estudios de modo tal que en algún momento posterior de su vida consigan un trabajo que los dignifique? ¿No sería más justo caracterizar al Progresar como una política pública que representa un escalón para que estos jóvenes puedan desarrollarse en términos educativos y laborales? ¿Parches en educación? ¿Calidad educativa? Los parches del PRO son las públicamente conocidas como "aulas containers" repudiadas por especialistas en educación como negativas para una educación de calidad. La implementación del sistema de inscripción online y las aulas modulares implican 42 millones de pesos que el PRO gastó en parches improvisados que bajo ninguna perspectiva confeccionan una educación de calidad tal cual lo exigen los ciudadanos porteños. Reflejan en todo caso la descoordinación, la falta de previsión, un alto nivel de cortoplacismo y una ausencia de planificación. Con esa misma plata podrían haberse llevado adelante obras como el Polo Educativo de Mataderos y de Lugano. Con esa misma plata podría haberse resuelto el problema de las 7 mil vacantes de nivel inicial que el gobierno de la Ciudad ya arrastra de años anteriores; deuda histórica si las hay con nuestro ya largamente postergado sur de la ciudad.

No es un dato menor que de las 31 aulas modulares que se quieren instalar en la ciudad, 29 corresponderían a la zona sur, siendo 23 las que corresponden a la comuna 8 de Lugano y Soldati. Esto muestra a las claras la desidia del PRO en el sur y la idea de una educación de segunda para los sectores más postergados de nuestra ciudad. Eso sí que son parches.

También es justo reconocer de dónde venimos, y reivindicar la recuperación de la industria, el trabajo y la autoestima de los argentinos logrados en esta Década Ganada. Es cierto que nos falta todavía mucho para llegar a esa Patria plenamente justa, libre y soberana que soñamos, pero este es el camino. Y la política es la herramienta, con la juventud, los trabajadores, los estudiantes, los humildes apostando y construyendo día a día un proyecto de país para todos. La juventud es la capacidad de proyectar un futuro. Progresar es un escalón más en esa dirección, para incluir a más argentinos a la posibilidad de realizarse en el marco de una nación que crece y se desarrolla.

Fuente - Tiempo Argentino: http://bit.ly/1iGtjQh

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