19 de marzo de 2015

Victoria estudiantil: renunció Richarte como Vicerrector de la UBA

Ayer presentó su renuncia el vicerrector de la Universidad de Buenos Aires, Darío Richarte, quien la semana pasada en la primera sesión del año del Consejo Superior solicitó una licencia por 90 días, sin ningun tipo de justificación o explicación previa. La misma fue aprobada por mayoría de profesores y graduados que responden a un acuerdo entre el radicalismo y el PRO que conducen los órganos de cogobierno de la institución.

Desde la elección del Rector Barbieri -- hombre fuerte de Nuevo Espacio (Franja Morada - UCR), el sector reformistas y privatistas de la UBA-- el kirchnerismo universitario llevó adelante diversas medidas como el “Foro Abierto por la Democratización de la UBA” con docentes, graduados, trabajadores no docentes y estudiantes. El eje del debate giró en torno a qué modelo de institución educativa había que impulsar: una universidad empresa o una universidad pública y popular.

A principios del 2014, el Rector Barbieri designó a Darío Richarte como la segunda autoridad dentro de la UBA, generando una amplia oposición desde distintos sectores de la comunidad socioeducativa. El desacuerdo, cuyo eje fue su paso por la exSIDE, generó movilizaciones al rectorado organizadas por el kirchnerismo estudiantil y otras expresiones de la comunidad académica.


De la represión del 2001 a la discusión de los órganos de inteligencia en la actualidad


La carrera política del ahora ex Vicerrector de la UBA no se centró solo en el ámbito académico. Darío Richarte fue uno de los miembros del “Grupo Sushi” del gobierno de la Alianza presidido por Fernando de la Rúa. Bajo ese gobierno, en un contexto de ajuste económico severo, se llevó adelante una de las más feroces represiones contra el pueblo argentino. Los días 19 y 20 de diciembre del 2001, las fuerzas de seguridad asesinaron a 35 personas en los alrededores del centro porteño. En esa época, Darío Richarte era conocido como el “Señor N° 5” debido a su desempeño como segundo al mando en la ex SIDE, el órgano de inteligencia del Estado.

Luego del alzamiento popular contra el modelo neoliberal de la Alianza, Richarte se refugiaría en la UBA representando al radicalismo universitario y teniendo diferentes cargos institucionales. Sin embargo, cuando fue propuesto como vicerrector de la universidad, desde diversos sectores de estudiantes, graduados y profesores le recordaron su pasado como espía del Estado y su incompatibilidad con el rol que debería cumplir en una universidad pública con la enorme cantidad de militantes sociales, referentes políticos y detenidos-desaparecidos en las historia de la UBA.

En continuidad a esto, además de los debates brindados desde la designación de Richarte al epicentro del rectorado de la Universidad, a principio de este año, debido al impacto de la muerte del Fiscal Nisman, y con el replanteo del sistema de inteligencia nacional y la creación de una Agencia Federal de Inteligencia, nuevo órgano más democrático y transparente de inteligencia del Estado, la renuncia del vicerector, era inminente.

En ese marco, en la última sesión del Consejo Superior, desde el kirchnerismo estudiantil y el espacio "Otra UBA Es Posible" se solicitó la renuncia de este personaje mafioso. Llamativamente, Richarte, en un principio pidió una licencia cuyos motivos fueron “personales”. Sin embargo, una semana después se contradijo al presentar su carta de renuncia fechada al 17 de marzo del corriente al Rector Barbieri aludiendo a “ataques” cotidianos y a que “en el actual estado de las cosas y en los tiempos que corren […] no es bueno para la Universidad que su repercusión pública esté relacionada con una discusión acerca de las características personales de una o varias personas”. Con apenas días de diferencia y lejos de motivos personales, borró con el codo lo que había escrito con la mano.

La reciente renuncia del vicerrector de la UBA Darío Richarte es un avance en la discusión de una Universidad cada vez más pública y más popular. Significa en términos políticos un fuerte golpe al bloque radical-macrista que busca arancelar y privatizar la universidad pública, cuando el gobierno nacional hoy está haciendo la mayor transformación en la educación pública y superior: 15 universidades nacionales nuevas, aumento del presupuesto del 2014% destinando 1% del PBI, y ampliando derechos y posibilidades con el aumento de programas y becas nacionales.

Si bien se ha avanzado mucho en estos años, lo concreto es que esas conquistas responden más al accionar de la política universitaria del Gobierno Nacional que a la propia decisión del cogobierno en la UBA. Es por eso que todavía es necesario llevar adelante el debate fundamental para la reforma del estatuto universitario de la UBA; la creación del Consejo Social de la UBA; la institucionalización de las Prácticas Sociales Educativas; la posibilidad de mayor representación estudiantil y que los no docentes tengan voz y voto. Continúenos construyendo una UBA pública y popular.

Movimiento Universitario Evita - Universidad de Buenos Aires (MUE UBA)

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