22 de diciembre de 2015

Macri pactó con expiqueteros para tener un diciembre manso

FRIGERIO Y STANLEY, LAS VENTANILLAS DEL DIÁLOGO Y LA USINA "AMIGA" PARA CONVENCER A KIRCHNERISTAS

Macri pactó con expiqueteros para tener un diciembre manso

Carolina Stanley, Milagro Sala, Emilio Pérsico y Luis D’Elía
Mauricio Macri, a loCristina de Kirchner, dará un plus de fin de año a los beneficiarios de planes sociales. Su postal anunciando, en persona, la medida es apenas una parte de la película: la amenaza de una movilización masiva y ruidosa, a dos semanas de haber asumido, operó sobre la psiquis política de Macri, que aceptó pactar antes que la foto de una Plaza de Mayo en contra.

Carolina Stanley, la ministra de Desarrollo Social y, con perfil subterráneo, desde la cartera de Rogelio Frigerio, se empujó la decisión en la mesa chica del Presidente. Finalmente, además de un plus de 400 pesos -de la AUH, a las embarazadas y a los jubilados que cobran la mínima (ver nota en la página 2)-, Macri aceptó otro pliego de pedidos que le acercaron las organizaciones, la mayoría K, que amenazó con la marcha y ayer, tras el acuerdo, la levantó aunque quedó en pie la movilización por parte de los partidos y grupos de la izquierda criolla.

Entre los anexos menos visibles están los pagos a los cooperativistas de Argentina Trabaja, la continuidad de ese programa y el pedido de reconociendo al sindicato que reúne a los trabajadores de cooperativas, que había sido reconocido a priori por el gobierno de Cristina de Kirchner pero que debe, ahora, terminar el trámite en Trabajo, donde aterrizó Jorge Triaca.

Macri escuchó los alertas de su ala política -Stanley y Frigerio, aunque el ministro viajó al norte puso a sus colaboradores a seguir ese proceso- para tratar de garantizarse un fin de año manso. La incertidumbre sobre los planes, pero en particular con las cooperativas -muchas de las cuales quedaron a la deriva- aparecía en el radar del Gobierno como un factor crítico.

La novedad más poderosa, que lo pone a Macri ante una disyuntiva es que tiene que aceptar como interlocutor a actores que estuvieron estrechamente ligados a Néstor y Cristina Kirchner, y que tuvieron antes un origen en los movimientos de desocupados y de resistencia. Son, además, los portavoces más duros ante las medidas que tomó en sus primeros días de gobierno.

El Movimiento Evita de Emilio Pérsico, el FTV de Luis D'Elía y la Tupac Amaru de Milagro Sala, que encaró una protesta potente contra Gerardo Morales en Jujuy, son tres de los actores que estuvieron del otro lado de la mesa en la negociación con el macrismo naciente. En esa mesa se sentó también Pablo Micheli, jefe de la CTA, que había convocado y ayer al igual que las expresiones K se bajaron de la movilización. Así y todo, los distintos espacios de la izquierda, encabezados por el Partido Obrero, igual se movilizarán mañana a las 16 desde 9 de Julio y avenida Belgrano, con destino a Plaza de Mayo.

"El anuncio de Macri es totalmente insatisfactorio", dijo ayer Gabriel Solano, del PO, y confirmó que ese partido más gremios y otras expresiones de izquierda seguirán adelante con su plan de lucha. Están allí también la Darío Santillán, los aceiteros, el MST, el sector del "Pollo" Sobrero y, entre otros, Rompiendo Cadenas.

Aunque esa movilización sigue en pie, con su anunció Macri desactivó la movilización que aparecía, al menos en teoría, como más poderosa: la capacidad de concentración y fuego del Evita, más la Tupac Amaru, el FTV y otros grupos, además de la CTA, constituían una fuerza para plantar una imagen fuerte contra Macri.

La convocatoria tenía, según Micheli, el respaldo del gremio de Camioneros de Hugo Moyano, a modo de gesto solidario porque el sindicato, que negocia por su lado, les reclama un bono de 8 mil pesos a las empresas del sector. 

La movilización de los K junto a la izquierda hubiese sido una foto inédita estos años en que justamente estuvieron en trincheras distintas e, incluso, dejaron de coincidir en una movilización histórica y multicolor como era la del 24 de marzo donde había organismos de DD.HH. más cercanos a la Casa Rosada y otros que disentían con determinadas políticas de la era Kirchner. Esa ruptura constituyó una novedad emblemática y dolorosa para las organizaciones de todo origen y formación. Hoy esos sectores antagónicos estuvieron a punto de volver a marchar juntos, como en los 90 y principios del 2000, pero finalmente Macri desactivó esa sintonía con una medida.

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