“El camino de la unidad ya comenzó: en las dos centrales eligieron a un Hugo como secretario general”, bromeó Hugo Moyano. Más allá del chiste, la imagen habló por sí sola: acompañado por líderes de los movimientos sociales kirchneristas, el líder de la CGT y el titular de la CTA, Hugo Yasky, compartieron un acto para discutir sobre la crisis internacional y sus consecuencias en Argentina. El mensaje fue claro: ante la crisis habrá “unidad de acción” del movimiento sindical. Durante el encuentro repitieron una y otra vez las coincidencias entre las dos centrales obreras, recordaron la unidad de la histórica marcha federal del ’94 y llamaron a combatir juntos contra el neoliberalismo. El líder camionero dijo que “no se puede descartar nunca” una unión con la CTA y aseguró que “la pelea tiene que ser en conjunto, en la calle y en los espacios de poder que podamos ocupar”. “Si hay un mandato que surge claro de nuestros compañeros en las bases, si hay una convicción, es que tenemos que construir más unidad para tener más fortaleza en nuestras disputas para construir un país más justo”, agregó Yasky.
Si existen coincidencias entre la CGT y la CTA, todas ellas fueron mencionadas ayer en el debate organizado por el Movimiento Evita y el Frente Transversal, que conducen Emilio Pérsico y el diputado Edgardo Depetri, respectivamente. “La unidad, de los trabajadores, y al que no le gusta, se jode, se jode”, fue el canto obligado, que se convirtió en preámbulo y cierre del acto. Por ahora, el acuerdo alcanza solamente a un accionar conjunto para enfrentar la crisis internacional pero se reconoció que puede ser “el primer paso” para un acuerdo más profundo. En diálogo con Página/12, Moyano afirmó que el encuentro de ayer fue “una demostración de que lo que dicen de enfrentamientos entre nosotros no existe”. “Nosotros tenemos una muy buena relación y tenemos un objetivo, a lo mejor tenemos distintas formas de encararlo, pero tenemos como objetivo lograr la mejora de la calidad de vida de los trabajadores”, explicó el líder de la CGT.
Yasky fue un poco más cauto. Consideró que no se trata de una señal de unidad, pero que eso no significa que no se puedan tomar medidas de acción conjuntas. El secretario general de la CTA remarcó que no pertenece orgánicamente al kirchnerismo y también señaló algunas dudas ante las últimas medidas oficiales para enfrentar las crisis internacional. “Hoy por hoy estamos a la defensiva, porque los empresarios se ponen debajo de la piñata de los subsidios del Estado. Es bueno que genere subsidios, pero hay que discutir a quién se subsidia y para qué”, advirtió. Moyano también consideró “importantes” las medidas, pero manifestó que hay que esperar para ver sus resultados. Los dos advirtieron que se debe buscar la forma para que “los especuladores de siempre no se aprovechen de esta situación”.
El líder de la CGT admitió que se viven “coletazos de la crisis global”, que hay rotaciones de vacaciones, suspensión de personal eventual y despidos, pero que aclaró “no estamos en el 2001”. “Los medios de comunicación plantean un tsunami para evitar que los trabajadores reclamen por aumentos salariales”, criticó Moyano.
Entre las butacas del teatro Margarita Xirgu se pudo ver, por la CTA, a sus máximos dirigentes del sector docente: la secretaria general de Ctera, Stella Maldonado; el de UTE, Francisco “Tito” Nenna; el de Suteba, Roberto Baradel. Por la CGT, en cambio, estaba el diputado Héctor Recalde, su secretario de Derechos Humanos, Julio Piumato, y el dirigente camionero Pablo Moyano, entre otros. Además, estaban presentes los diputados del Frente para la Victoria Adela Segarra, Gloria Bidegain y Stella Maris Córdoba. Y mandaron su adhesión el jefe del bloque oficialista, Agustín Rossi, y su compañera de bancada, Patricia Fadel.
También hubo presencia de dirigentes de otros partidos políticos que apoyan el proyecto del Gobierno, como los presidentes del Partido Intransigente, Gustavo Cardesa, y del Frente Grande, Eduardo Sigal. Además, concurrieron el ex secretario de Derechos Humanos bonaerense Edgardo Binstock y el consultor Ricardo Rouvier, en representación del espacio Carta Abierta. No fueron, en cambio, los referentes de la CTA más alejados del Gobierno, como Víctor De Gennaro, Pablo Micheli o el diputado Claudio Lozano.
Un párrafo aparte mereció el proyecto de bajar la edad de imputabilidad de los menores, impulsado por el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli. “Nadie que tenga sentido común puede creer que un chico de 14 años puede ser juzgado”, lanzó Moyano. Minutos antes, Yasky había rechazado la iniciativa con la misma intensidad. A su turno, Pérsico y Depetri sumaron sus argumentos para avanzar en la unidad sindical: “Hay una relación directa entre el poder de los trabajadores y la distribución del ingreso”, afirmó el líder del Movimiento Evita. “De la crisis no vamos a salir financiando a las empresas, sino al consumo popular. Vamos a estar defendiendo codo a codo cada uno de los puestos de trabajos”, completó Depetri.
Fuente: Página 12
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